Esta semana ASPAYM os recomienda la película La escafandra y la mariposa. Dirigida en 2007 por Julian Schnabel, se basa en el libro autobiográfico de Jean-Dominique Bauby, y está protagonizada por Mathieu Amalric, Emmanuelle Seigner y Marie-Josée Croze.
El filme narra la historia de Bauby, exeditor de la revista Elle, que despierta en un hospital tras semanas en coma fruto de una embolia. El protagonista padece una rara condición conocida como síndrome de enclaustramiento. Su cuerpo se halla completamente paralizado, si bien su mente funciona con la misma rapidez y claridad previas a su embolia cerebral.
Un único músculo del cuerpo de Jean-Do responde aún a los estímulos del mundo exterior: su párpado izquierdo. Con la ayuda de sus cuidadoras, enfermeras y asistentes, desarrolla un sistema de interlocución laborioso y complejo en el que puede dictar palabras, frases y enunciados yendo letra a letra.
La película se detiene con desafiante parsimonia en este arduo aprendizaje con el que el protagonista consigue volver a comunicarse. Su mayor logro será finalizar una ambiciosa autobiografía en la que repasa todo lo vivido en estos meses, y que publicará en el mismo libro que sirve de base para ‘La escafandra y la mariposa’.
Poesía e imágenes
Al margen de que La escafandra y la mariposa sea una película inspiracional y constructiva, es notablemente bella. Su empleo de las imágenes, la elección de las perspectivas y la propia estructura narrativa demuestran que la película busca diferenciarse de otras narraciones más o menos parecidas. De esta manera, quiere resultar inolvidable por sus propios méritos.
Esto se ve claramente en el comienzo de la trama. Al arrancar, la cámara adopta la función del ojo de Bauby, parpadeos incluidos, y nos muestra el resto del mundo desde su punto de vista. Literalmente. Conforme avanza el metraje, el público “sale” de esa escafandra para poder observar, desde fuera, a la mariposa. Vemos ‘flashbacks’ con el pasado del editor, conocemos a gente de su entorno, y reflexionamos sobre el concepto de ‘sentirse encerrados’.
El confinamiento, palabra hoy tan inesperadamente relevante, va más allá de la parálisis de Jean-Do. Se vive en otros personajes como el padre del protagonista, demasiado frágil para abandonar su propio apartamento. También en una persona conocida del protagonista, cautiva durante años en Beirut. Estas historias le permiten a Schnabel reflexionar sobre la libertad y su ausencia, los límites, las barreras y cómo superarlos.
La autobiografía de Bauby se publicó en 1997. Cuenta con algo más de 160 páginas, escritas con un promedio de 200.000 parpadeos (a 2 palabras por minuto).
El filme fue candidato a 4 Óscars de Hollywood, y ganó premios prestigiosos para su director en Cannes, el César para el protagonista, el BAFTA para su guion o el Globo de Oro a la mejor película extranjera. Posteriormente, Schnabel se ha curtido en más biopics de inusual belleza plástica, como el reciente Van Gogh, a las puertas de la eternidad.