La tarjeta europea para las personas con discapacidad está un paso más cerca de ser una realidad. La Comisión Europea ha presentado a comienzos de este mes la propuesta de este documento. Con él, todas las personas con discapacidad podrán disfrutar de todos sus derechos en cualquier país de la UE. En palabras de la ministra de Derechos Sociales en funciones, Ione Belarra, «se cumple una demanda histórica para seguir construyendo una Europa más social».
La tarjeta ha suscitado mucho interés en el sector social de las personas con discapacidad, pero también mucha ilusión desde el ámbito europarlamentario.
«Desbloqueamos la libre circulación de los ciudadanos de la UE con discapacidad al garantizar el reconocimiento mutuo de su condición en Europa». Son palabras de Helena Dalli, comisaria europea de Igualdad, en declaraciones recogidas por Euronews.
Para Dalli, «esto facilitará la inclusión y la plena participación de las personas con discapacidad en nuestras sociedades». El objetivo de la tarjeta pasa por garantizar que todas las personas con discapacidad «puedan acceder fácilmente a las ayudas destinadas a ellas en todos los Estados miembros».
Garantías y ventajas en todo el continente europeo
Con la tarjeta europea, las personas con discapacidad podrán tener igualdad de acceso a cualquier trato especial. Ello incluye asistencia cuando la necesiten o entradas prioritarias o gratuitas a museos y espacios culturales públicos, entre otros.
Entre sus metas también se encuentra normalizar las plazas de aparcamiento preferentes destinadas a personas con movilidad reducida. Con todo ello en mente, se persigue fomentar una mayor movilidad de la ciudadanía europea con discapacidad por todo el continente.
Europa lleva cerca de 13 años trabajando por este documento, que se entregará en formato físico y digital.
Funcionará, a su vez, como complemento de las tarjetas nacionales de discapacidad, y no aplicará a las prestaciones laborales, de seguridad social y de asistencia social; explica Newtral.
La propuesta se debatirá en el Consejo de la Unión Europea y el Parlamento, y en 18 meses los Estados miembro habrán de incorporar sus disposiciones. Un año después, la legislación será aplicable y las diferentes personas podrán solicitar las tarjetas correspondientes.