ASPAYM Catalunya ha participado en la campaña nacional de verano ‘Con cabeza sí, de cabeza no’, que se coordina desde la Federación Nacional ASPAYM con la colaboración del Hospital Nacional de Parapléjicos, Cruz Roja, la Real Federación Española de salvamento y Socorrismo y SERMEF. El objetivo de esta campaña es concienciar a la población frente a las malas zambullidas. No arrojarse al agua debidamente tiene un riesgo alto de producir una lesión medular.
En esta acción ha desempeñado un papel relevante Raquel Orbaneja, socia de ASPAYM Catalunya, así como la psicóloga y técnica Verónica Valero, quienes han repartido varios folletos informativos sobre la campaña en playas y piscinas de diferentes centros municipales deportivos de la provincia de Barcelona.

En concreto, Orbaneja ha visitado el CEM Verneda – La Pau, el club Natació Badalona y la playa de Badalona. Asimismo, se han repartido folletos en el edificio Piramidón, donde varias de las entidades que allí tienen sus oficinas han podido conocer de primera mano esta campaña.
Con esta acción de concienciación frente a las malas zambullidas en Barcelona, ASPAYM Catalunya se suma a otras asociaciones federadas de ASPAYM en todo el territorio español en la labor de concienciar a todo tipo de bañistas sobre el peligro de este tipo de zambullidas tanto en zonas de baño abiertas (playas, acantilados y otros espacios naturales) como en piscinas.
Con cabeza sí, de cabeza no
Entre las pautas que se recuerdan a jóvenes y personas adultas, desde ASPAYM se recalca la importancia de conocer siempre previamente la profundidad submarina de la zona desde donde vamos a saltar. Estas profundidades son especialmente equívocas en parajes naturales, donde las olas y las corrientes pueden cambiar la distancia del fondo; aunque las piscinas también demandan cierta precaución.

Además, conviene evitar en lo posible que la zambullida sea de cabeza. Y, si se opta por este tipo de salto, siempre hay que efectuarlo con las manos por delante y la cabeza entre los brazos extendidos en prolongación del cuerpo. De esta manera, si se diera un impacto de nuestro cuerpo contra el suelo o una roca, el primer golpe no lo recibirán ni la cabeza ni el cuello.
No tomar estas precauciones puede producir que una mala zambullida cause una lesión medular, que en los peores supuestos puede inmovilizar a la persona de cuello para abajo, y en todo caso afecta al día a día de la persona, con frecuencia para el resto de la vida.
A la hora de encarar un accidente de una persona que ha resultado lesionada por zambullida, lo primordial es sacarla a tierra y ponerla en una superficie rígida. Al moverla, hay que tratar de desplazar todo el cuerpo en bloque, para no dañar cuello o cabeza. Una vez nos hemos cerciorado de que respira, llamar al 112. Nunca debemos intentar trasladarla en un vehículo particular; pues corremos el riesgo de tornar una lesión incompleta en una completa.