Este viernes ASPAYM os recomienda la serie Vida perfecta. Creada, dirigida, escrita y protagonizada por la actriz Leticia Dolera, cuenta con un ejemplo muy apropiado de cómo reflejar la discapacidad en una ficción.
‘Vida perfecta’ se centra en las historias de sus tres protagonistas, en el género de serie ‘comedia de crisis existencial y mujeres desastre’. Es una narrativa de muchísimo éxito que ha cautivado al público y a la critica en otras aproximaciones como Girls o Fleabag.
En Vida Perfecta la protagonista es María (Leticia Dolera), una mujer cuyos planes de vida se tambalean cuando se queda embarazada por accidente tras una fiesta de borrachera. Junto a ella está su hermana Esther (Aixa Villagrán), una artista que se resiste a madurar y a aceptar el compromiso. Cierra el terceto protagonista Cristina (Celia Freijero), una abogada de éxito y madre feliz que a pesar de todo se encuentra profundamente insatisfecha con su matrimonio.
Si ASPAYM recomienda ‘Vida Perfecta’ hoy no es por otros valores incontestables de la serie, como la calidad interpretativa o el acierto de reflejar la crisis de los 30 en las mujeres. No. El principal valor que le encontramos es su tratamiento al colectivo de las personas con discapacidad, que brilla con fuerza en el personaje de Gari.
Miedos, dudas y nada de paternalismo
Gari es un jardinero con discapacidad intelectual que se convierte inadvertidamente en el inesperado padre del hijo que María concibe tras la fiesta de borrachera. Leticia Dolera trata con astucia el tema desde el punto de vista de su personaje, que comete no pocos fallos a la hora de tratar con una persona con discapacidad. Unos fallos reconocibles fácilmente por todo el público.
Su aprendizaje es a la vez una lección para quienes ven la serie sobre cómo retratar a las personas con discapacidad. Gari interactúa con otras personas con discapacidad, acude a un CETEO, y expresa sus miedos, dudas y ambiciones con naturalidad. La relación entre personas con y sin discapacidad es uno de los motores de la primera temporada. Muchas de las reflexiones que suscitan son extrapolables a discapacidades físicas.
Es en la segunda temporada, recientemente estrenada, donde el personaje de Gari vuelve a brillar con fuerza. La serie se mantiene fiel a reflejar la discapacidad sin paternalismo, y gana en matices especialmente en el capítulo 5. La historia avanza con el hijo de ambos ya nacido, Juanito, y el foco de las preocupaciones se desplaza hacia el tema de la paternidad. De nuevo surgen inquietudes, frustraciones y enfados hacia las propias limitaciones.
Aunque la discapacidad de Gari es intelectual, insistimos, su mensaje es fácilmente aplicable a otro tipo de discapacidades. El actor que lo interpreta es Enric Auquer, ganador del Goya por Quien a hierro mata, que a pesar de no tener discapacidad aporta un trabajo respetuoso y sólido. Aun así, la serie rodea a este protagonista de actores y actrices con discapacidad, espléndidamente dirigidos y que aportan calor y realismo al entorno de Gari. Por todo ello, ASPAYM recomienda esta semana Vida Perfecta.