ASPAYM ha celebrado el Día de la Discapacidad con la campaña #SinRuedasEnLaCabeza. La Federación, también a través de varias de sus entidades en todo el territorio español, ha visibilizado así la necesidad de empatizar con las personas con lesión medular y otras discapacidades físicas.
Decenas de personas de varias nacionalidades, géneros y edades se han querido inmortalizar sensibilizadas con la labor de ASPAYM. Así, la campaña vertebraba un selfi o imagen grupal en la que cada persona fotografiada se colocaba un post-it en la cabeza con una rueda tachada. Con este sencillo gesto simbólico, se posicionan como parte de la sociedad que desea tratar a las personas con discapacidad sin el filtro prejuicioso de su silla de ruedas.
Las personas participantes proceden de comunidades como Castilla y León, Madrid, Catalunya, Andalucía, Castilla-La Mancha o Comunidad Valenciana, entre otras. En la campaña también se han implicado, además de la presidenta de la Federación Nacional ASPAYM, Mayte Gallego; las entidades de ASPAYM Granada, Sevilla, Málaga y Jaén; así como ASPAYM Madrid y la Fundación del Lesionado Medular. Asimismo, también han intervenido las sedes federadas en Murcia, Catalunya y Asturias.
Causas de la campaña
La campaña #SinRuedasEnLaCabeza que ha vertebrado ASPAYM por el Día de la Discapacidad ha recordado varias causas de este sector de la sociedad. En concreto, que solo 1 de cada 4 personas con discapacidad tiene empleo, y que su derecho al trabajo pasa por una inclusión total en el ámbito laboral, eliminando toda clase de barreras arquitectónicas y favoreciendo los incentivos en la contratación.
También se ha aludido al respeto de las plazas reservadas a las personas con movilidad reducida, los productos de apoyo de los vehículos, la prudencia en carretera o la accesibilidad en la vía pública o en los domicilios. Asimismo, se ha recordado la protección específica a mujeres y niñas con discapacidad y personas del entorno rural. También la importancia de la educación y el deporte inclusivo.
No hemos olvidado la importancia de apostar, en centros sanitarios, por rehabilitación física y emocional. Tampoco la responsabilidad de las investigaciones científicas y las informaciones en torno a las personas con discapacidad. Por último, hemos aludido a los productos de apoyo y los proyectos de vida autónoma e independiente, con el fin de seguir viviendo en nuestros domicilios, si así lo consideramos, para evitar la temprana institucionalización.