Esta semana os recomendamos la película Bailo por dentro. Dirigida por Damien O’Donnell, narra la lucha de dos personas con discapacidad por su autonomía personal. Michael Connolly (Steven Robertson) tiene parálisis cerebral, movilidad extremadamente reducida y el habla muy afectada. Rory O’Shea (James McAvoy), por su parte, padece la distrofia muscular de Duchenne. Sin embargo, es muy activo y locuaz, y es capaz de entender los balbuceos ininteligibles de Michael.
Los dos protagonistas se encuentran institucionalizados en la residencia Carrigmore para personas con discapacidad. Su edad no alcanza los 25 años, y su vitalidad no conoce límites. Por ello, la película vertebra su amistad como vehículo para emprender el camino hacia su autonomía personal. Michael es tímido y sumiso, y está acostumbrado a las férreas rutinas que les imponen sus cuidadores. Sin embargo, el hecho de que Rory sea capaz de entenderle (y, de hecho, el primero que se molesta en pararse a escucharle) le contagiará pronto de su rebeldía y de su sed de libertad.
En su odisea al mundo exterior, que para Michael es poco menos que otro planeta, los dos protagonistas se enfrentarán a obstáculos de todo tipo. Barreras bien conocidas para toda persona con discapacidad. Así, conocerán los excesos del ocio y la discriminación capacitista a la hora de intentar entrar en un club nocturno. También se enfrentarán a la burocracia administrativa, que debe concederles el estatus de persona independiente para conseguir su autonomía personal.
Pisos accesibles y asistentes personales
Pero en Bailo por dentro las realidades de las personas con discapacidad son numerosas. En su odisea hacia la autonomía personal, los dos protagonistas han de vérselas para encontrar un piso accesible. Una realidad habitual en las personas con discapacidad, que frecuentemente se hallan frente a viviendas con carencias de adaptación, e imposibles para propietarios usuarios de sillas de ruedas.
Su periplo no acaba aquí. Otra de las metas que se fijan es la de encontrar asistente personal cualificado para sus necesidades. Entra en juego la tercera protagonista, Siobhan (Romola Garai), sin formación pero con cariño hacia Michael y Rory. Ella dará pie a posibles vínculos afectivos y una exploración sobre qué es un buen asistente personal.
Con un gran sentido del humor, agudísimas observaciones, un elenco impecable y una historia completa, Bailo por dentro es una de esas cintas extrañamente desconocidas que, sin embargo, arrojan una visión de muchas capas en torno a las barreras de las personas con discapacidad física.