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Escoger un cojín antiescaras según nuestra lesión medular es fundamental para la mejor calidad de vida posible. Sin embargo, frente a la amplia variedad de opciones del mercado y de acuerdo a las diferentes patologías, no siempre resulta sencillo elegir. Hoy en Comunica ASPAYM tratamos de dar respuesta a estas preguntas.

Nuria Moreno es terapeuta ocupacional en la ortopedia CASA y señala que existen muchos tipos de cojines antiescara: «Según queramos únicamente protección antiescaras, modificar el posicionamiento o combinar las dos cosas», enumera.

La necesidad de modificar el posicionamiento se debe a la inestabilidad de la pelvis: «La ublicuidad de este músculo puede hacer que el tronco caiga de lado», explica. El control que tengamos según la movilidad que nos permita la lesión medular determinará la elección del mejor cojín antiescaras.

Por otra parte, existe el riesgo de aparición de úlceras por presión: «Si la persona hace transferencias más a menudo necesitará un cojín con menos protección», explican desde la ortopedia. Ello lo determinará su capacidad de hacer descargas de la zona de los isquiones; es decir, si puede apoyarse o bien en el reposabrazos o bien en el cubrerropas, y levantar su cuerpo del cojín.

«La presencia de úlceras determinará si usamos un cojín de protección antiescaras, especialmente si ya aparecen con el uso de la silla», describe. Es señal de que algo no se hace bien: «Las escaras en otra situación, como haber pasado demasiado tiempo encamado, no son casos necesariamente vinculantes».

Tipos de cojín

¿Qué tipos de cojines antiescaras existen para nuestra lesión medular? La amplia variedad no implica una rígida matemática para cada caso, advierte Nuria Moreno: «Para todo hay un perfil de persona, y lo fundamental es contar con una buena evaluación previa». Por ello, las indicaciones que nos da a continuación son meramente orientativas, y dependerán de muchos factores, algunos de ellos; los arriba indicados.

«Otros factores son el peso, la anchura de las caderas; todas las medidas antropométricas», señala Moreno. «El perfil del cojín puede ser más o menos alto según lo que pesemos, también el material del que esté hecho».

Por una parte existen los cojines de aire. «Estos los recomendaría a alguien con una úlcera previa que no necesite mucha estabilidad pélvica», valora la terapeuta. «Debe estar bien alineado su cuerpo, y que su pelvis no tenga asimetrías importantes».

Por otro lado, hay cojines de gel: «Los vemos más apropiados para personas que no pasen mucho tiempo en bipedestación o que pueda caminar a pesar de su patología». Algunos de estos cojines cuentan con cuñas de posicionamiento, accesorios que aumentan los lados bajos y compensan la postura con fluido en la zona de los isquiones.

Finalmente, existen los cojines viscoelásticos: «Dan estabilidad porque son duros, y muy confortables, pero dan calor», advierte. Esto puede ser un inconveniente para los casos de humedades y las fundas que se utilicen, especialmente de cara a personas con incontinencia o con grandes sudoraciones: «Las fundas microclimáticas disipan esas áreas mojadas, que son un gran factor de riesgo para las úlceras».

La importancia de la prevención

Tan importante como la evaluación previa es la prevención: «Por lo general la gente no previene las úlceras hasta que las tienen», lamentan desde Casa. Señalan que muchos de estos casos se producen por escoger cojines más baratos en primera elección: «No se les da valor hasta que tienen una úlcera que produce inmovilidad o que obliga a una intervención médica».

Otras formas de prevención descansan en las medidas adecuadas de la silla y del cojín para que el peso esté repartido por una zona amplia: «Si el cojín es corto, concentramos el peso en una zona mas pequeña, hay mas carga y nos cuesta mas alinear el fémur…», desgranan. «Cuando el nivel de posicionamiento no es bueno se producen roces del reposabrazos, en la rodilla… y provocar la aparición de úlceras».

Ortopedia CASA opera desde 2016 con multitud de productos de apoyo ortopédicos y accesibilidad, y es uno de los servicios de la Fundación EMBAT, a cuyo patronato pertenece ASPAYM Baleares. Entre sus labores se cuenta el préstamo de bolsa de productos de apoyo (con cama, silla de baño y grúa) o el asesoramiento para evaluar las circunstancias de cada persona:

«Nos desplazamos a su domicilio cuando no pueden venir aquí a analizar todas sus necesidades», remarcan. «Es importante ver el apoyo del entorno; dónde se va a mover en casa o piso, dimensiones del ascensor, cómo es el terreno cuando llega para elegir el tipo de rueda sobre todo la delantera…».

En LM un cambio es complicado que se adapten,es un mundo y hay que adaptarlo a cada individuo

“quiero uno como ese”

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