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La Unidad de Fertilidad del Hospital Nacional de Parapléjicos vela por las relaciones sexuales de las personas con lesión medular y otras discapacidades físicas. En su campo de visión se trata la capacidad reproductiva de las personas. Pero también su satisfacción en deseo sexual. Hoy en el día de la Fertilidad Comunica ASPAYM conversa con el doctor Eduardo Vargas, Jefe de la Unidad de Sexología y Reproducción Asistida del Hospital Nacional de Parapléjicos.

Y es que el tema de la sexualidad tiende a ser tabú, pero el reparo se intensifica cuando interviene la persona con discapacidad. En ese sentido, Vargas trata de dar respuesta a las preguntas más recurrentes en torno a estos temas. «Hay que dejar claro que tener una lesión medular no implica ser infértil», asegura. En su consulta, suele recibir hombres con lesión completa e incompleta, con preocupaciones en torno a la disfunción eréctil o problemas para eyacular.

«El tema de la fertilidad suele ir de la mano de la edad», explica. «Si están interesados, se les ofrece alternativas». Por la parte que a la sexualidad toca, «lo habitual es que se padezcan disfunciones eréctiles y eyaculatorias».

Por lo que se refiere a las mujeres, las consultas abarcan diferentes razones. «La principal duda se refiere al momento ideal de volver a tener relaciones sexuales, y eso es algo que depende de cada persona». Ya sea su condición física o su propia libido. «También existen consultas en torno a los métodos conceptivos, las complicaciones del embarazo por tener lesión medular, la pérdida del periodo…», enumera.

Alternativas para la fertilidad

A la hora de exponer alternativas para la fertilidad, hay varios pasos imprescindibles. Uno de ellos es saber la capacidad del esperma en relaciones sexuales. «En nuestra unidad y a través de un diorama podemos ver la calidad del semen y resolvemos o explicamos alternativas para tener hijos».

Entre estas alternativas destaca la inseminación asistida conyugal. En ella se hace una selección espermática, y con esta se efectúa un depósito intraútero cuando la mujer ovula.

Por lo que respecta a los casos de eyaculación nula o insuficiente, el trabajo se orienta hacia las técnicas in vitro en las clínicas pertinentes. «Todo consiste en buscar las técnicas adecuadas para que el testículo produzca esperma».

En el caso de las mujeres con discapacidad, hay una serie de riesgos durante el embarazo que médicamente conviene observar. «Hay más probabilidad de infección de orina, edema en miembro inferior, y conviene vigilar la piel por el aumento de peso», enumera Vargas. Además, existe un riesgo mínimo, pero apreciable, de prematuridad. También cabe la posibilidad de que aumente el esfuerzo a invertir en las transferencias desde el vehículo, «de nuevo por el tema del peso». Finalmente, «conviene retirar la mayoría de la medicación que toman».

A la búsqueda del placer en la relación sexual

Más allá de la fertilidad, las relaciones sexuales también consisten en la búsqueda del placer. «El hombre siempre piensa más en sus problemas de erecciones, y la mujer en la capacidad orgásmica», indica Vargas. En el caso de ellas, «hay que buscar alternativas para conseguir el orgasmo». Y es que, tras la lesión, este suele ser más atenuado, y necesita más tiempo y estímulo para lograrse».

Al fin y al cabo, la satisfacción de una relación sexual se vincula directamente con la sensibilidad. «Por eso es necesario encontrar zonas erógenas placenteras por encima de la lesión», señala. «Todo tiene que ir más allá de la penetración, no hay que genitalizar el sexo».

En el caso de las mujeres, Vargas apunta hacia el uso de barritas vibratorias, propias de los sex shop: «Facilita la lubricación y el orgasmo a través de la vibración del clítoris». Estas herramientas son útiles para que cada persona experimente y con ella vea si mejora su percepción.

Imagen aérea del Hospital Nacional de Parapléjicos

Por parte de los hombres, la Unidad de Fertilidad cuenta con el vibroestimulador Ferticare: «Estimula y provoca la eyaculación». A pesar de estas soluciones, Vargas insiste en pensar en el sexo más allá del coito: «Se trata de estimular a la pareja mediante masajes, caricias… Hay que ir más allá», incide.

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