Fundación Caser publica un estudio sobre las familias con personas en situación de dependencia en España. La institución ha elaborado un completo informe en el que pasa revista a la situación de estos núcleos y cómo se traduce en atención y calidad de vida para quienes son más vulnerables.
El documento destaca la evolución de los modelos familiares, la feminización de los cuidados, y los retos que enfrentan en el contexto actual. En el primer caso, se apunta a que las familias españolas han evolucionado hacia una mayor diversidad, incluyendo familias monoparentales, reconstituidas, homoparentales y hogares unipersonales.

Sin embargo, la familia nuclear sigue siendo predominante en el cuidado de personas dependientes. Con todo, la dependencia limita el acceso al modelo nuclear, convirtiéndolo en un privilegio socioeconómico. Las familias monoparentales y unipersonales enfrentan mayores riesgos de pobreza y exclusión.
Por lo que se refiere a la feminización de los cuidados; las mujeres siguen siendo las principales cuidadoras. Y lo son tanto en el ámbito familiar como profesional, a pesar de su creciente participación en el mercado laboral. Esto, denuncia el informe, perpetúa desigualdades de género y genera una doble jornada laboral. Por ello, y a pesar de que se observa una mayor implicación masculina en los cuidados, los roles tradicionales persisten, especialmente en entornos rurales y familias con menor nivel educativo.
Impacto de la dependencia en las familias

El estudio de la Fundación Caser denuncia que la dependencia en las familias genera sobrecarga emocional, física y económica. Así, se afecta a su calidad de vida y limita el tiempo de ocio y las relaciones sociales. Las cuidadoras principales suelen enfrentar renuncias personales y profesionales, mientras que los apoyos externos son insuficientes para aliviar la carga.
Por otra parte, el informe detecta que el sistema de atención a la dependencia (SAAD) combina cuidados formales e informales, pero los servicios públicos no sustituyen el trabajo familiar, sino que actúan más como complemento.
Las responsabilidades se reparten dependiendo de la existencia, disponibilidad y asequibilidad de esos agentes y recursos externos, de la existencia de miembros de la familia con disponibilidad y voluntad de asumir las tareas de cuidado, de la propia situación de la persona dependiente (intensidad de cuidado requerida, limitaciones de movilidad, etc.) y de otros factores, como la adaptación de la vivienda, la disponibilidad de productos de apoyo que faciliten el cuidado en el medio familiar, la capacidad económica de la familia, etc.
Retos y propuestas
Fundación Caser concluye su estudio sobre dependencia con una serie de retos, como el fortalecimiento del SAAD en lo económico y en lo logístico, y la profesionalización y mejora general de condiciones del sector de los cuidados. Además, insta a reducir la feminización de los cuidados y fomentar la corresponsabilidad entre géneros, ampliar servicios en zonas rurales, fomentar redes comunitarias y crear plataformas únicas para centralizar información y mejorar la comunicación entre servicios.