El Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo recoge en un libro sus primeros años de historia. A través de testimonios de un sinfín de profesionales vinculados al centro médico, se vertebran las andaduras iniciales de esta referencia hospitalaria. La coordinación de esta monumental obra ha corrido a cargo de Ana Laza Alonso; antigua enfermera del Hospital. La obra recoge 177 aportaciones en más de 600 páginas, que conforman las pinceladas que dibujan el lienzo de esta institución.
«Esta inquietud me rondaba en la cabeza desde hace más de diez años», confiesa la autora a Comunica ASPAYM. «Consideraba un privilegio haber visto nacer esto, aquellos años fueron muy bonitos, los recordaba muy agradables», evoca. La obra comprende diferentes capítulos escritos por las personas incorporadas al Hospital entre 1974 y 1989, sus primeros 15 años de historia.
«Cada vez asistíamos más a jubilaciones y algún que otro entierro», recuerda Laza Alonso. «Pensé que no se podía perder la esencia del hospital, teníamos casi la obligación de dejar un legado a las nuevas generaciones para que supieran cómo nacimos».
La relación con los pacientes
A pesar de componerse de diferentes testimonios en apariencia deslavazados, el libro del Hospital Nacional de Parapléjicos tiene un sentido unitario: «Cuando hablaba con las personas para incorporar sus capítulos, solo miré que hubieran entrado en aquellos años», expone la coordinadora. «Consideré mas enriquecedor que cada uno escribiese lo que quisiera». Su único denominador común era la extensión, pero ni siquiera ese ha sido homogéneo: «En los más largos contaban cosas realmente suculentas, y no quise cortarlas», admite Laza Alonso.
El libro se nutre, no solo de los testimonios de los profesionales, también de alguna persona con discapacidad y familiares: «Muchos fueron como un regalo», asegura la enfermera. Sus testimonios se encuentran en el anexo Lesión Medular Espinal en tercera persona: «Contar su experiencia fue casi como un deber hacia aquellas personas que hubo, muchos pacientes que ya no están, en reconocimiento también a muchos que en su momento no tuvieron impedimento en plasmar su propia historia».
La sensación de “familia” es constante en todo el libro: «No es un tratado para saber qué hacer a nivel científico, sino cómo nos sentíamos allí», revela. «La mayoría no queríamos ir por desconocimiento de la lesión y cuidados, recogemos frustraciones y tristezas pero también esperanzas». Laza Alonso considera clave, en ese sentido, la humanización de los cuidados. «Es como el reciclaje, no hay que desligar la parte científica de la humana; en los cuidados no se pretende borrar la lesión sino llegar a un máximo de calidad de vida».
El rol de ASPAYM
El libro ‘El Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo visto por sus profesionales de los primeros 15 años’ tampoco olvida el rol que desempeña ASPAYM. La entidad nacida en 1979 ha acompañado a este centro desde casi su aparición: «Estuvieron muy integrados desde el principio», asevera Laza Alonso. «Yo siempre he creído mucho en el asociacionismo y casi empujaba a las personas que no eran socias a que se hicieran de ASPAYM».
La obra cuenta con el testimonio de José Ramón del Pino, presidente de ASPAYM Toledo, que califica al centro médico como «una parte muy importante en la vida de todo lesionado medular». Además, lo califica como la «razón de ser» de ASPAYM Toledo, «que complementa la gran labor que realiza» el hospital.
También interviene Francisco Vañó, presidente de ASPAYM en 1986, que narra sus intentos de integración laboral como persona con discapacidad en aquellos años. Entonces optó a una plaza de monitor de animación sociocultural en el Hospital, donde pudo «colaborar con los nuevos accidentados para ayudarles a incorporarse a la sociedad».