Madrid ha acogido este fin de semana la Feria del Taxi, y desde Comunica ASPAYM hemos querido conocer cómo son las características de estos vehículos orientados a personas con movilidad reducida
La labor de Rehatrans consiste en tener adaptado un vehículo como el taxi para las personas con discapacidad. Este fin de semana Madrid ha acogido la Feria del Taxi. Por ello, desde Comunica ASPAYM, hemos querido informarnos un poco más sobre cómo se adapta este servicio a las personas con movilidad reducida.
En el stand de Ford de este año de la Feria del Taxi se ha podido encontrar Rehatrans. La empresa atesora 25 años de experiencia con vehículos accesibles para personas con movilidad reducida. «Ya existen reales decretos que regulan cómo deben ser los taxis adaptados». Quien habla es Miguel Martín, director de Marketing de Rehatrans. El cumplimiento es obligatorio desde noviembre de 2007, con la aprobación del RD 1544 en el BOE.
En él se articulan las condiciones básicas de uso y accesibilidad de transporte para usuarios con movilidad reducida. El artículo 8 desgrana específicamente las condiciones de un taxi adaptado para personas con discapacidad. En concreto, cifran que los ayuntamientos de cada municipio promoverá que al menos un 5 por ciento de las licencias de taxi correspondan a vehículos adaptados. El texto indica que serán los titulares de las licencias quienes solicitarán voluntariamente que su taxi sea adaptado. No obstante, en caso de que no se cubra el porcentaje, se exigirá a las últimas licencias que se concedan que su autotaxi sea accesible.
Adaptar un vehículo para personas con movilidad reducida
¿Y cómo tiene que ser un taxi adaptado para personas con discapacidad? Para responder a esa pregunta hemos de acudir a la Norma UNE 26494. En este texto se especifican los requisitos y dimensiones de los vehículos. Desde los habitáculos a las ventanas, pasando por la iluminación interior, el espacio para el viajero o las puertas de acceso. La norma también incluye un apartado para las ayudas al entrar y salir del vehículo.
«La altura mínima ha de ser de 1,40 metros, y el largo de 1,30 para viajar con total seguridad», explica Martín. Otras características de las que han de disponer estos vehículos son respaldos o reposacabezas adecuados.
Las demandas de las personas con discapacidad hacia las carencias de los taxis, con todo, suelen ir en otro sentido. Y en Rehatrans lo saben. «Hemos mantenido varias reuniones con el sector asociativo». Los principales asuntos que se abordan son las tardanzas en disponer de un taxi adaptado: «Que se regulen sus trayectos, no suelen ser vehículos que encuentres a cada vuelta de una esquina», admite Martín. También se aboga por que los taxis sean cómodos y seguros.
Pero además se reclama una profesionalidad de sus conductores: «Los taxistas han de saber que llevan a personas vulnerables, y deben anteponer la seguridad a cualquier cosa; desde la conducción prudente elemental hasta pasar por un bache».
De la fábrica al vehículo eléctrico
Un cuarto de siglo lleva Rehatrans dedicándose a brindar a cada taxi adaptado las necesidades de las personas con discapacidad. «Comenzamos como fabricantes», recuerda Martín. A lo largo de estos años considera que su empresa se ha convertido en «una marca líder en la adaptación de vehículos, con garantía de estabilidad, una amplia gama de vehículos y numerosas certificaciones europeas».
Precisamente hacia Europa mira el sector, y no sin cierto orgullo. «Lo que allí se hace en accesibilidad de transporte está a años luz de lo que se hace en España». Precisamente hacia Europa mira el sector, y no sin cierto orgullo. «Lo que allí se hace en accesibilidad de transporte está a años luz de lo que se hace en España».
Con productos de alta calidad y que garantizan el ensamblaje y un confort integral, Martín considera fijada una línea en el horizonte a la que hay que aspirar a alcanzar. «Se encuentra ahí la tendencia del mercado, incluyendo el vehículo familiar más pequeño», señala. También, claro, la inminente adaptación al vehículo eléctrico: «Hay que concienciarse de que también debemos trabajar en sostenibilidad». En ese sentido, apunta a la próxima hegemonía de modelos de marcas con etiqueta 0. Una corriente ‘verde‘ y de respeto al medio ambiente que no puede dejar atrás las necesidades de las personas con discapacidad.