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Estrenamos una breve serie sobre viviendas accesibles, cuarto a cuarto. Hoy desgranaremos los diferentes elementos que deben componer un cuarto de baño adaptado para personas con lesión medular y otras discapacidades físicas.

A la hora de encontrar una casa accesible, una de las claves a las que más atención hay que prestar es el aseo, o cuarto de baño. En él se encuentran multitud de elementos imprescindibles para nuestro día a día. Saber cómo han de ser realmente accesibles, y no solo de nombre, es fundamental para considerar nuestra vivienda debidamente adaptada.

Y es que, aunque tradicionalmente el aseo es la habitación más pequeña de la casa, su importancia es mayúscula. Como regla general se exige que la entrada de la silla de ruedas pueda ser directa, sin giros complicados. También que la estancia permita rotaciones de la silla sin obstáculos que se interpongan en su camino.

En la misma línea, es mejor que una puerta sea corredera o, en su defecto, que cuente con una anchura notable, superior a 80 centímetros. Además, todo buen aseo deberá disponer de barras de apoyo específicas para desempeñar las tareas cotidianas propias de este recinto.

Esto no es solo aplicable al cuarto de baño, sino también al resto de habitaciones de la casa. Pero en Comunica ASPAYM ya llegaremos a ellas a su debido momento.

Inodoros adaptados

Uno de los puntos clave de todo baño es, claro, el inodoro. Debe estar a una distancia suficiente del lavapiés y otros elementos para permitir la maniobra de la silla, y su acceso lateral tiene que ser lo suficientemente espacioso. Además, la altura del asiento no debería rebasar los 50 centímetros.

Los inodoros adaptados suelen contar con elevadores. Así se llaman a las barras de apoyo que se sitúan a ambos lados del asiento, y que se elevan unos 70 centímetros del suelo. Pese a todo, no todas las personas con discapacidad las necesitan o las requieren; por tanto, serán más adecuadas si fueran plegables o desmontables. De esta manera, la persona residente tendrá más margen de elección sobre su propia casa.

Detalle de un inodoro con elevadores
Duchas apropiadas

Una ducha accesible en el cuarto de baño es fundamental para todo aseo adaptado. Debe contar con un asiento y una barra de apoyo, así como una distancia prudente hasta el grifo. Un error frecuente de diseño es colocar dicha barra justo detrás del asiento, lo que dificulta el movimiento e incomoda en el apoyo a la hora de la ducha.

Un asiento demasiado pequeño con la barra de apoyo en el respaldo incomodará a la persona que va a ducharse

El boom de los platos de ducha ha facilitado la adaptación de los aseos a las personas con discapacidad física. Muchas veces vienen acompañados por mamparas de movilidad reducida, que en ocasiones dejan libre un lateral para facilitar el acceso a la ducha.

Grifos, barras y toalleros deben estar situados a una altura adecuada para una persona con discapacidad física. De igual forma, el suelo de la ducha, además de ser antideslizante, debe tener una inclinación suficiente para evacuar el agua, pero no tanta como para que desequilibre a la persona que va a tomar el baño.

Lavabos y espejos adecuados

El último elemento de importancia en un aseo que hay que tener en cuenta a la hora de un cuarto de baño accesible es el lavabo. Este no debe tener pedestal, y su altura no puede superar los 85 centímetros.

El grifo también tiene que ser de fácil manejo. En la medida de posible, ha de poderse accionar mediante el empleo único de una sola mano. Además, la distancia en profundidad no debería ser superior al medio metro, a fin de que se alcance con suficiente holgura.

Finalmente, se aconseja que el proverbial espejo se incline 10 grados sobre el vertical, en caso de que sea orientable. Si, por el contrario, fuese fijo, su altura no excederá los 90 centímetros.

Muchas de estas medidas y reglas se encuentran recogidas en una normativa para cuartos de baño y aseos accesibles. Sin embargo, como ya señalábamos al hablar de los elevadores; más importante que todo esto es la capacidad de adaptar lo adaptable. A fin de cuentas, cada persona con discapacidad tiene necesidades propias. Y también sus propios gustos. Por ello, la rigidez siempre será enemiga de lo que se precie de ser verdaderamente accesible.

En ASPAYM tenemos una web de venta de viviendas accesibles para quienes estén buscando una casa debidamente adaptada.

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