La XXIX edición del descenso del Sella adaptado se celebró la pasada semana en Asturias. Más de 50 usuarios de ASPAYM de todo el territorio español participaron en esta actividad de ocio inclusivo. El descenso del Sella es uno de los eventos turísticos y deportivos de referencia no solo en su comunidad autónoma, también para el grueso de la población de toda España.
Este evento viene coordinado por FEDEMA, la Federación de Deportes para Personas con Discapacidad Física de Asturias. Su presidente, Jesús Antonio Fernández González, es también miembro de la junta directiva de ASPAYM Asturias.
«La edición de este año ha sido perfecta», valora. «Ha sido un alivio para mucha gente que llevaba dos años sin poder venir, es un evento de gran seguimiento cada verano».
Durante la COVID, el descenso adaptado del Sella fue uno de los pocos eventos deportivos que no se detuvo. Eso sí, dadas las restricciones de movilidad entre comunidades autónomas, solo 30 canoas con palistas asturianos pudieron participar en 2020. El pasado año, el número ascendió a 60 barcas. En 2022, al fin, vuelven a ser 80; el máximo marcado por las normas de seguridad de bomberos y protección civil: «Con nuestros 80 voluntarios seguimos escrupulosamente sus instrucciones, y gracias a ello ningún año hemos notado ningún problema», valora Fernández.
Un evento competitivo en pleno crecimiento
La XXIX edición del descenso del Sella adaptado marca el crecimiento continuo de la actividad desde su creación en 1993: «Hace años entramos en el CODIS, el Comité Organizador del Descenso Internacional del Sella, a cuyas reglas también nos ceñimos», explica el presidente de FEDEMA.
El descenso empieza a las 10 de la mañana, con un primer tramo de 10 kilómetros, más turístico, y uno final de 5 kilómetros, más competitivo, «que arranca tras la parada de avituallamiento en la pasarela de La Uña y finaliza en el Llovio». Las canoas se adaptan mediante unos sillones acoplados para personas con movilidad reducida.
El evento deportivo se divide en dos categorías; la A para personas con discapacidades más leves, y la B para lesión medular. Este año, los ganadores en la primera categoría han sido Jonás García y José Andrés Blanco, y en la segunda, Byron Adrián Álvarez y Roberto Pérez.
El premio que se concede es un diploma y una placa conmemorativa con la montera picona, emblemático símbolo del principado de Asturias.
La organización se precia además de ser una de las primeras competiciones deportivas inclusivas, que jamás ha hecho distinción por sexo: «El río coloca a cada persona en su lugar», sentencian.
Histórico reconocimiento
Un comité organizador propio ha sido la principal novedad de esta XXIX edición del descenso del Sella adaptado: «Lo hemos considerado la mejor solución para centrarnos en esto», valora Fernández. La organización también ha reconocido el trabajo de José Andrés Blanco; «participante leal a lo largo de los 29 años», y trabajador en la Escuela Asturiana de Piragüismo: «Siempre nos han apoyado con los sillones acoplados o poniendo a nuestra disposición vehículos para recoger a quienes no pueden completar la carrera».
La dinámica de reconocer a una persona o entidad no es nueva de este año. Ya el pasado 2021, el descenso del Sella Adaptado distinguió el rol del considerado «alma máter del descenso de personas con discapacidad», José María Prendes. Por su parte, la organización ya trabaja de cara a un calendario de actos con vistas a la XXX edición, alineada con el compromiso de FEDEMA con el deporte adaptado.
El descenso del Sella es una de las actividades turísticas de mayor relevancia en época de verano para celebrar en el Principado de Asturias. Su modalidad de descenso adaptado no competitivo puede contratarse a lo largo de todo el año, al margen de este encuentro deportivo.