¿Qué hacer al salir del hospital con una lesión medular reciente? En el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, los trabajadores sociales ayudan a los pacientes a continuar mejorando su calidad de vida en casa. Muchas veces, con el acompañamiento de entidades como ASPAYM.
Para pasar del hospital a ASPAYM se necesita el acompañamiento de una figura: el trabajador social. En el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, son 4. Se llaman Inmaculada Pérez, Natividad Almeda, Juan Fernández y Montserrat Sierra.
A la hora de valorar su rol, coinciden en la importancia de continuar «a diario» con la rehabilitación. Ya sea «con el tratamiento del fisio, con la ayuda del terapeuta ocupacional o con el acompañamiento emocional del psicólogo».
Cuando un paciente del hospital se encuentra frente a su trabajador social, su problema más acuciante suele ser el obvio. La adaptación de su vivienda: «No hay recursos o escasean», diagnostican. «Hay gente que vive en pisos sin ascensor y se encuentran con una dificultad importante».
Quienes están de alquiler pueden tratar de adaptarse. Sin embargo, quienes tienen una hipoteca o quieren comprar una vivienda, necesitan partir de una buena base. Es decir, de recursos propios: «Las ayudas a la adaptación son prácticamente nulas», se lamentan. «Es, en la mayoría de los casos, el problema que más preocupa».
Aquí aparece la realidad de los centros residenciales: «La mejor alternativa es incorporarte a la familia y a tu trabajo», opinan, con respecto a la institucionalización. No cabe duda. Sin embargo, añaden que también depende de cada caso: «Algunas personas jóvenes sienten que están mejor cuidadas en centros así».
Pero la vivienda no es el único problema. «Ayudamos con la tramitación de prestaciones, pensiones de discapacidad, bajas laborales o reconocimiento del grado», narran. Aquí encuentran una enorme diferencia entre comunidades autónomas más colaborativas (Cantabria o Castilla y León) y administraciones más lentas (Aragón, Baleares o Valencia). «Para tramitar la discapacidad haya que hacer una valoración de grado y un plan de intervención», explican. «La segunda parte lleva varios meses, y en algunos lugares no quieren acometerla hasta que no está el paciente en su casa».
ASPAYM, mil recursos para mejorar la calidad de vida
«Conforme se acerca la fecha de alta del paciente, le hablamos del recurso que supone ASPAYM», explican los trabajadores sociales. «Trasladamos información muy cercana de lo que se les va a dar, de lo que pueden encontrar».
Desde la continuidad de la rehabilitación hasta el acompañamiento psicológico o la ayuda con la accesibilidad de la vivienda. Los proyectos y servicios que proporciona ASPAYM son miles. Y bien repartidos. En toda España disponemos de 18 entidades y 2 federaciones de asociaciones, diseminadas en 11 comunidades autónomas. Uno de los programas estrella de ASPAYM en ese sentido es la Atención Integral al Lesionado Medular, que pronto será una app gracias a la I Convocatoria de Ayudas OFESAUTO.
«Es importante que la recuperación no se detenga, que continúe», valoran. A ello también se suma la ocupación del tiempo libre, y la calidad del ocio: «En ese sentido ASPAYM ofrece talleres de pintura, manualidad, fotos, deporte, radio…», valoran. «A veces sopesan recursos de fuera del centro, todo ayuda para crear grupos y hacer que la gente participe».
La satisfacción de los pacientes al abandonar el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo es contagiosa: «Vemos cómo nos dan las gracias sabiendo a dónde ir a continuación: están enfocados, con recursos, no se encuentran desorientados»… Con todo encauzado, también a niveles de trámites, saben que «ya ha empezado la mejora en su calidad de vida».
Evolución de la sociedad
El Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo ha hecho balance reciente de su 2021. 258 personas con lesión medular reciente pasaron por este centro a lo largo del pasado año. Los traumatismos ascienden a un 47% de los casos totales, mientras que las enfermedades neurológicas suponen el 53% restante.
39 personas ingresaron por colisión de tráfico, y 21 por accidente deportivo. Además, han aumentado las incidencias por intento de suicidio y episodios autolíticos.
A la hora de interpretar estos datos, el director médico del hospital Juan Carlos Adau lo tiene claro: «La evolución de las causas de ingreso en nuestro hospital responde a la evolución de la propia sociedad».
Así, el aumento en el número de ingresos por caídas casuales se debe al envejecimiento de la población. Y es que cada vez hay más personas con edad avanzada que tienen cierto déficit de movilidad. Por ello, no resulta infrecuente que estas personas «tropiecen o resbalen en su propio domicilio o en la vía pública ante obstáculos aparentemente inocentes».
De igual manera, el aumento de los accidentes de moto son el reflejo de la evolución del parque móvil: «Cada vez hay mayor presencia de los vehículos de dos ruedas». Interpreta el doctor médico. Esto resulta visible también en los cambios de movilidad y la cultura de la práctica de deporte: «Estos factores se corresponden, por ejemplo, con el incremento de ingresos con lesión medular por caída de bicicleta».
A su vez, las consecuencias del COVID en la salud mental de la población también tienen su traslación en el hospital. Episodios de ansiedad y depresión «se han visto reflejadas en el número de ingresos por intentos autolíticos», valora Adau.