Eduardo Martín Moraud conversará sobre investigación en lesión medular en personas con varios tipo de lesión en las Jornadas Científicas de ASPAYM Madrid. Nuestra entidad federada en la capital celebra la XVII edición de este encuentro con varios profesionales de diferentes sectores los días 2 y 3 de junio, en la sede de la Fundación del Lesionado Medular. Esta cita es un punto de encuentro para poner al día los últimos avances médicos, sociales y tecnológicos de interés para personas con discapacidad.
Hemos conversado con el investigador de la universidad de Lausana, Suiza, para hablar sobre estimulación medular y los últimos avances científicos de este grupo de profesionales. Moraud es pionero del puente digital, uno de los avances más resonados en reparación medular.
¿En qué consiste la estimulación neuronal?
Cuando una persona tiene una lesión, ponemos un implante que estimula debajo de la lesión y en la parte lumbar. Esa región suele estar sana pero inactiva, Cuando le estimulamos eléctricamente la médula a base de ejercicios físicos puedes conseguir restablecer una cierta movilidad, dependiendo de la severidad de la lesión. La idea de la terapia es combinar esta técnica con otras. Si la lesión medular no es muy severa, ese tipo de tratamiento puede permitir algún cierto nivel de reparación; aunque esa palabra es un tanto “peligrosa”. Hay casos que sí recuperan control motor, incluso sin estimulación.
¿Incluso en los casos más severos?
Si vamos a lo muy severo, no reparas nada. Sin embargo, la estimulación sí que permite de manera artificial mover las piernas. Por ello, hay pacientes con lesión completa que no tenían ese control pero dicho tipo de estimulación les permite activar cuando van al gimnasio. Esto les ayuda a mantener un cierto tono físico.
¿En qué ha consistido la novedad del puente digital?
La principal novedad de este nuevo estudio consiste en que el cerebro está desconectado de la región de la médula que controla las piernas. Antes o se activaba mediante un mando con botones o se ponía al paciente un implante a nivel cerebro que decodifica lo que piensa mediante estimulación medular. Se basa en estudios previos donde se pone un implante y un robot te ayuda a beber, vestirte… a controlarle mediante el cerebro. Este caso es una idea más práctica: basta con conectar de nuevo el cerebro y la médula espinal mediante un enlace computacional.
¿Cabe ser optimistas con los resultados?
Hasta ahora solo ha tenido éxito en un paciente, por lo que hay que tener cuidado. Sí, los los resultados son muy positivos, los hemos probado en una persona con lesión de 12 o 13 años. Ahora el objetivo se sitúa en hacerlo sobre más personas e incluso personas con una lesión mas reciente. Todo es prometedor pero hay que confirmarlo
¿Cómo respiran los pacientes estos avances?
Los investigadores tenemos que ser muy cuidadosos con cómo comunicamos estos progresos. La respuesta de la sociedad siempre es buena y constructiva, pero tenemos que encontrar el punto medio entre situar las expectativas demasiado elevadas y que pasemos por delante de quien ya siente que ha visto todo esto y no se permite tener esperanza. En todo caso, muchas personas con lesión no tienen como prioridad volver a caminar. Muchas prefieren simplemente poder volverse a poner de pie para poder mirar a las personas de nuevo a la altura de los ojos. También les preocupa más otras circunstancias; la tensión arterial, la función urinaria, la función sexual…
¿Cuáles son los objetivos a largo plazo?
Conseguir esto en pacientes con lesiones mas agudas es el primer paso. Está bien mostrar que funciona pero hay que conseguir llevarlo a más gente. A más largo plazo tenemos la reparación medular: combinar la estimulación, la rehabilitación y la terapia de células madre en la lesión. En definitiva volver a hacer crecer los axones neuronales pero también volver a establecer conexión entre ellos.