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La familia y la maternidad son también puntas de lanzas de la igualdad. Es cierto que no todas las mujeres quieren ser madres, y una amplia mayoría desmonta la vieja idea de que solo a través de ser madre se llega a ser realmente mujer. Sin embargo, todas por igual son sensibles a las problemáticas en desigualdad que conlleva ser, o querer ser, madre.

Eva Moral es una de estas mujeres a punto de ser madre. Pero, como toda mujer, es mucho más: abogada, atleta paralímpica y bronce en triatlón en los últimos juegos de Tokio. Ella es la protagonista de nuestro #CaminoAl8M de hoy, en la que da voz a las mujeres con discapacidad desde la maternidad.

¿Cuál dirías que es el principal escollo que impide una igualdad plena y real de las mujeres?

La mayor barrera que existe, aparte de que socialmente no se nos considera iguales, es el tema de la conciliación familiar. A día de hoy yo misma voy a ser madre, y de verdad espero no encontrarme barreras en ningún sentido. En el ámbito doméstico soy muy afortunada y, creo que dentro de esta casa, mi pareja y yo estamos a la par. Sin embargo, por lo que muchas amigas y familiares cercanas me transmiten, esto no resulta fácil: hemos visto el claro ejemplo de ello en el confinamiento. No ha habido mucha ayuda cuando los niños se han quedado confinados en la casa durante la pandemia. Y hoy nadie discute que los padres pueden, y deben, ayudarnos. Esa falta de igualdad en la maternidad es visible: casi siempre son las madres las que tienen que renunciar a sus trabajos.

¿Dónde ubicas el principal escollo para una mujer con discapacidad que quiere ser madre?

En la accesibilidad a las revisiones ginecológicas. Toda mujer embarazada necesita un control riguroso y continuado durante su aumento de peso. Sin embargo, no hay básculas apenas en las consultas ni siquiera para personas en silla, por lo común. Eso trasladado a una mujer embarazada es un problema aún mayor. En mi caso no me han podido tomar el peso en ningún sitio al que he ido. Tampoco hay nada adaptado, ni siquiera una camilla de ginecología. Es un poco desesperante.

Deporte e igualdad

Eres además mujer deportista que recibe una amplia cobertura mediática. ¿Notas que esto se acentúe de cara al 8M?

El 8 de marzo siempre es un día bastante señalado. Pero cuando además eres mujer deportista, conforme se acerca la fecha recibes bastante atención de los medios, más peticiones de entrevistas. Cabe recordar que al final trabajamos todos los días del año por la igualdad y por la inclusión.

Al margen de la maternidad, la conquista de la igualdad se da en otros ámbitos. Por ejemplo, el deporte.

Esa conquista es una lucha diaria en la que aún queda mucho por hacer. Cuando no haya que hablar de 8M, o distingamos entre deporte masculino o femenino, se habrá conquistado la verdadera igualdad. Sin embargo, en los últimos años ha habido un aumento en la visibilidad del deporte femenino. Eso ha ayudado mucho, como lo han hecho todas aquellas marcas que apuestan por el mundo femenino, y que han contribuido a que tengamos este apoyo social y esta visibilidad.

¿Eres optimista respecto al futuro?

Me gustaría pensar que llegará el momento en que no tengamos que hablar de nada de esto. Yo estoy esperando una niña, y deseo que ojalá mi hija no tenga que luchar por estas cosas. Considero que estamos en el buen camino, ya que muchas mujeres han hecho una labor grande luchando contra viento y marea. Buena parte de nuestra deuda es también con ellas: ahora tenemos cosas mucho más fáciles, pero todo se lo debemos a su lucha.

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