Hoy queremos hablaros del exoesqueleto Able Human Motion. Los exoesqueletos son uno de los recursos más solicitados por las personas con discapacidad a la hora de facilitar su propia movilidad. El proyecto en el que nos hemos querido fijar hoy empezó como una investigación universitaria que, gracias a una beca Leonardo de la Fundación BBVA, hoy forma parte de una empresa incipiente que ya ha dado servicio a más de 130 personas.
Conversamos con Josep Maria Font, creador de Able Human Motion y profesor en la Universitat Politècnica de Catalunya. «Comenzamos como un proyecto nacional con la Universidad de A Coruña y la Universidad de Extremadura, en 2010», rememora. En esos inicios ya se buscaba cómo crear nuevos dispositivos de bajo coste y robóticos para ayudar a la marcha de las personas con lesión medular.
«Ya desde el Grupo de la Politécnica de Catalunya solicité la Beca Leonardo», explica Font. Esta es una de las ayudas que otorga la Fundación BBVA a investigadores científicos y creadores culturales, que también ha cofinanciado proyectos en torno a la discapacidad sobre alternativas cohabitacionales, sexualidad o enfermedades del desarrollo, entre otras. «Estas ayudas son un ladrillo más para construir el edificio, no vamos muy sobrados en invertir en investigación en este país y todo apoyo a proyectos como este permite que no nos quedemos bloqueados».
Gracias a esta y otras ayudas, Font y su equipo lograron personalizar el exoesqueleto mediante modelos biomecánicos. Esto es, simulaciones por ordenador que facilitaban adaptar la marcha a la de un sujeto en concreto. Hoy Able Human Motion es un exoesqueleto listo para salir al mercado y posicionarse frente a otros exoesqueletos para mejorar la calidad de vida de las personas con lesión medular.
Más ligero, más barato, más intuitivo
«El exoesqueleto funciona como si tuvieras barras externas a la pierna», explica Font. «La movilización es pasiva; la persona hace el gesto de empezar el paso con el andador moviendo el torso y los motores ayudan a mover la pierna». La electroestimulación se consigue activando el músculo de forma artificial, con un ordenador que detecta intención de movimiento y actúa con el sistema nervioso central.
«A nivel técnico es un sistema más ligero y la forma de marcar la marcha resulta más intuitiva». Para sus responsables resulta fundamental que la tecnología se adapte al usuario. El exoesqueleto es también personalizable, y cuenta con una serie de requisitos de inclusión presentes en su sitio web.
Desde Comunica ASPAYM hemos conversado también con Kevin Lao. Este barcelonés de 29 años tiene tetraplejia y es una de las primeras personas en haber probado este exoesqueleto: «Se ve más ligero que otros que he probado», valora. El exoesqueleto está concebido para sesiones de fisioterapia; «es exclusivo porque necesitas a alguien que esté detrás para vigilar que no te caigas». A Lao le consta que en un futuro «tratarán de hacer uno para el día a día». Con todo, calcula que al menos serán necesarios cinco años para «desarrollar una herramienta útil, segura y fácil de usar».
Able Human Motion trata de destacarse poniéndose tres veces más rápido y vendiéndose a la mitad de precio que sus competidores. Otro de los principales beneficios del exoesqueleto es el emocional: «Te permite ir erguido, estar de pie y mirar a los ojos, eso a nivel psicológico ya ayuda», afirma Font. Además de la movilidad, poder cargar el peso en las extremidades resulta positivo para los huesos y colabora a una mejor función de la vejiga: «No es tanto la distancia como los beneficios», concluye.