Esta semana ASPAYM os recomienda el documental sobre deporte y discapacidad Murderball. Dirigido en 2005 por Henry Alex Rubin y Dana Adam Shapiro, narra la historia de unos jugadores de rugby tetrapléjicos y su rumbo a los juegos paralímpicos.
A lo largo del documental, intimida la agresividad y el espíritu competitivo que empapa a estos deportistas. Su fiereza en el campo de juego y sus caídas de las sillas de ruedas intimidan al espectador en sus primeras escenas. Poco después, y dado que tras los golpes siempre hay risas y agilidad para levantarse, acostumbra su brutalidad, su fuerza y su resistencia.
Murderball funciona como un documental idóneo sobre el mundo deportivo y la historia típica de un equipo dispuesto a crecer y llegar a las olimpiadas. Hay ambición, muchos entrenos, deportividad, competitividad, momentos duros y victorias emocionantes. Pero también hay algo más.
Una mirada a la discapacidad
El documental Murderball, además del deporte, habla también sobre la discapacidad. Y en ese sentido no escatima en testimonios de las personas con discapacidad y sus familiares y amigos para compartir cómo ven el mundo y su realidad. Se narran historias de lesiones medulares y orígenes de la discapacidad, pero también de miedos y angustias, de sexo, de inquietudes, de ambiciones y de estados de ánimo.
La película es así un lienzo completo de la persona deportista con discapacidad. No ahorra épica en sus victorias ni amargura en sus momentos más oscuros. Especialmente conmovedor resulta su vínculo con el conflicto armado de Irak de aquella época, en la que los deportistas protagonistas conocen a veteranos de guerra y lesionados recientes, susceptibles de seguir sus pasos en el mundo deportivo.
La película, debut de sus directores, fue nominada al Óscar como mejor documental, si bien la estatuilla la ganó la ecologista El viaje del emperador. Murderball puede comprarse aquí y ver online en algunas plataformas minoritarias.