El doctor Gregorio Rodríguez-Boto comparte con Comunica ASPAYM más detalles sobre la terapia celular NC1 del Hospital Puerta de Hierro. Hablamos de sus éxitos, sus limitaciones, sus apuestas de futuro y sus posibilidades para las personas con lesión medular
Las terapias celulares deberían marcarse como nuevo objetivo las lesiones cervicales incompletas. Ese es el juicio del neurocirujano Gregorio Rodríguez-Boto, del Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda. El doctor es uno de los actuales responsables del éxito de la terapia celular NC1.
Como ya hemos explicado en artículos previos, la terapia celular NC1 es uno de los tratamientos más ambiciosos para la mejora de la calidad de vida en las personas con lesión medular. El tratamiento consiste en dos dosis de un medicamento combinado con células madre mesenquimales del propio paciente. La terapia se dirige a mejorar sus áreas de dolor, sensibilidad y alteración esfinteriana, tres prioridades para las personas con discapacidad.
La terapia celular NC1 ha iniciado recientemente su fase de tratamiento, tras retrasos por la pandemia y la muerte del doctor Jesús Vaquero, su principal artífice. Se enfoca a pacientes con lesión traumática incompleta y dorsal o lumbar, de 18 a 65 años.
Hablamos con Rodríguez-Boto sobre el éxito del tratamiento, sus fronteras, su potencial y sus próximos pasos.
Áreas de mejora
P: En nuestra última entrevista manifestó que el éxito de los ensayos clínicos «confirmó el beneficio de los pacientes en dolor, sensibilidad y alteración esfinteriana». ¿Cuánto mejora la calidad de vida en cada una de estas áreas con la terapia?
R: La que más calidad de vida está aportando es el tema esfinteriano. Los pacientes nos notifican que ahora deben sondarse con menor frecuencia y que incluso no tienen incontinencia fecal. Nos parece que es la esfera que esta mejorando de una manera más significativa.
P: ¿Cómo influye la terapia NC1 en el dolor neuropático?
R: Con el dolor neuropático nos encontramos ante un asunto de cierta importancia. Hay pacientes que tienen con mucha frecuencia espasmos musculares dolorosos de difícil control. Para lidiar con ellos, se utilizan fármacos para relajar la musculatura. Los espasmos desaparecen, pero si esos pacientes con lesión medular tienen una movilidad que les permite caminar con muletas, el músculo relajado no les sostendría. Ahí hay que encontrar un equilibrio; con estas terapias los espasmos no desaparecen; tan solo disminuyen, y no suponen un dolor importante.
P: ¿Y qué ocurre con la sensibilidad?
R: En las lesiones medulares incompletas, las personas tienen algo de sensibilidad preservada en las piernas. La terapia celular NC1 muestra que dicha sensibilidad mejora en territorios que no se podían prever. Sin embargo, desde el punto de vista de la calidad de pacientes, la sensibilidad no tiene el impacto en la mejoría que las otras esferas. De hecho, en los pacientes con lesión medular no tiene ni por qué ser un factor favorable. A veces, tener más sensibilidad implica tener más dolor. Por ello, no es un efecto significativo en la mejora de calidad de vida.
Requisitos y forma física
P: Conocemos las características de la lesión para optar a esta terapia celular. ¿Qué más requisitos se demanda a los candidatos?
R: Una vez que el paciente entra en el circuito porque cumple esos primeros criterios, hay una valoración de los rehabilitadores del Hospital Puerta de Hierro y del Hospital la Princesa. Estos registran datos de su contractura o su afectación esfinteriana, entre otra información. De ahí se les lleva al comité de selección multidisciplinar, que yo presido. Lo conformamos neurocirujanos, urólogos, rehabilitadores, internistas, trabajadores sociales, psicólogos, enfermeras, farmacólogos… Vemos cada caso y decidimos. Hay pacientes con lesiones muy antiguas, de años de evolución, con más atrofias o anquilosamientos. Hay que tener en cuenta que sus posibilidades de mejoría son más escasas.
P: Para mantener la buena forma, ¿contempla la terapia algún apoyo a mayores para cada paciente?
R: Uno de los requisitos para entrar en esta terapia es encontrarse bajo un tratamiento rehabilitador activo. Tiene que ser previo, si no, sería un criterio de exclusión. Después tienen que continuar con un proceso fisioterapéutico importante, para que nosotros podamos ver la evolución que tienen. Registramos así el efecto inicial, el beneficio final y si se mantiene en el tiempo. durante 3 años.
Límites y fronteras
P: Todos estos estudios se centran en lesiones sobrevenidas. ¿Por qué suelen quedar fuera las congénitas?
R: Encontrar respuesta a una lesión congénita es mucho más complicado. En el mundo de las lesiones no sobrevenidas hay muchas patologías muy diversas: malformaciones vasculares, tumores, lesiones de origen infeccioso… Hoy por hoy, las terapias celulares no están orientadas a este tipo de lesión.
P: Los ensayos clínicos se probaron sobre personas con lesión medular completa e incompleta. ¿Por qué el tratamiento solo incluye a estos últimos?
R: No solo se testaron lesiones medulares completas e incompletas en los ensayos clínicos, además en ambas se vio beneficio. No obstante, para la fase de tratamiento, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios solo ha autorizado su uso en pacientes con lesiones incompletas. Ello obedece a que inicialmente estos pacientes tienen más margen de mejora que una persona con lesión completa.
P: Cabe imaginar que con estas terapias celulares se ha seguido un criterio similar al centrarse en lesiones dorsales y lumbares, y no en cervicales.
R: Exacto. En los ensayos clínicos de estas terapias celulares también se registraron mejora en las lesiones cervicales, aunque el tratamiento hoy solo contempla lesiones dorsales y lumbares. La idea es que la AEMPS promueva ampliar las medicaciones de estas terapias celulares a lesiones completas y lesiones cervicales. Eso sí, siempre teniendo en cuenta que ambas arrojarán menos margen de mejora.
Posibilidades de futuro
P: Ya el doctor Vaquero anticipaba las posibilidades de recuperar el agarre en una tetraplejia o mejorar su movilidad.
Yo particularmente creo que ahí están las posibilidades para un avance muy importante. El próximo objetivo de las terapias celulares debería centrarse en las lesiones cervicales incompletas. La mejoría en la esfera motora es más importante si aumenta la movilidad o si se facilita el agarre. Puedes mover un pie, pero eso no significa que ese movimiento te vaya a permitir caminar. En los miembros superiores, en cambio, una mejoría en las manos o ser capaz de tocar la propia cara son avances motores con mucha repercusión. Si se amplían las medicaciones, mi apuesta sería ir por ahí, que ese fuera el siguiente paso.
P: ¿Cómo de optimistas podemos ser con respecto a las proyecciones de la NC1?
Desarrollamos un seguimiento estricto de la evolución de los pacientes. Les valoramos a los seis meses, al año, y dos veces más en los dos años siguientes. El tratamiento consiste en dos dosis en un lapso de tres meses, y hay gente que al mes de la segunda punción notan mejoría. El efecto inicial es incuestionable. Hay que dilucidar si este beneficio se mantiene en el tiempo.
P: ¿No le han afectado a este tratamiento los retrasos y los obstáculos de estos meses?
R: Tras la pandemia y la parálisis de la terapia a pesar de la aprobación de la AEMPS, hemos logrado arrancar. El circuito está bien establecido: los médicos de otros hospitales nos consultan los criterios de admisión y saben cómo funcionamos. Más o menos lo hemos conseguido; no ha sido fácil con la pérdida del doctor Vaquero. Él era el alma de este proyecto, y cuando uno desaparece, su obra se puede ir con él. Por fortuna, hemos salido adelante.
P: ¿Es compatible esta terapia con otras, como la terapia de estimulación eléctrica en Suiza?
R: En este momento actual, no es compatible estar sometido simultáneamente a otra terapia. Necesitamos ver el efecto real de la terapia celular, y es criterio específico que no esté involucrado en otro tratamiento al mismo tiempo. Si se pudiera hacer o no, eventualmente, es algo que debe consultarse a la AEMPS. Hoy por hoy, no hay circunstancia previa y no es algo que se pueda considerar fácilmente.