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A la hora de pagar por cualquier producto del catálogo de prótesis y ortopedias, los menores con discapacidad y otros colectivos tenían que pagar el llamado copago ortoprotésico». Hasta hace bien poco, como nos disponemos a contaros ahora desde ASPAYM. El Ministerio de Sanidad ha decidido eximirlos de ese copago, al igual que ya hiciera con el farmacéutico, a través del Anteproyecto de Ley de Equidad, Universalidad y Cohesión.

El Sistema Nacional de Salud financia un importe máximo de estos productos en el catálogo de prótesis y ortopedia. En ese importe máximo se incluyen conceptos como impuestos o costes de elaboración a medida. No obstante, si un especialista recomienda a la persona un producto ortoprotésico más caro de otro catálogo, o esta desea algo concreto, aún tiene derecho a ello. Existe por ley desde 2012 una fórmula por la que el Sistema Nacional de Salud cubre el mismo importe de un producto correspondiente. La diferencia la pagará, obviamente, el mismo usuario, si así lo prevé de la normativa de la correspondiente comunidad autónoma.

Escasos recursos económicos

Ese derecho se reformula, pero sigue vigente, en la nueva ley de 2019, en en anexo 1.5.e y el artículo 9.1. Sin embargo, se contemplan exenciones para las personas con discapacidad y otros colectivos como quienes perciben rentas por exclusión social o parados de larga duración sin derecho a subsidio por desempleo, entre otros.

Frente a estas realidades, igual que frente a productos del catálogo de prótesis y ortopedias con elevados importes, hay un recurso conocido como endoso. La persona con discapacidad puede solicitar al sistema de salud de su comunidad autónoma que se pague el artículo, y la ortopedia asume el costo momentáneamente. El usuario solo paga la diferencia, si la hubiera.

Con las distancias en plazos y tiempos de espera a veces las ortopedias asimilan un riesgo importante. Aquí podéis encontrar un ejemplo de solicitud de este endoso. Pero no es este el único detalle a tener en cuenta. Ni mucho menos.

Falta de homogeneidad

Otro de los problemas que surgen con este copago en los catálogos de prótesis y productos de ortopedias es la falta de homogeneidad entre comunidades autónomas. Y es que no todas se rigen bajo los mismos criterios. Existen cojines antiescaras destinados a personas con discapacidad que en autonomías como Madrid se recetan en casos muy concretos, no solo en lesión medular. En otras comunidades, en cambio, se pueden prescribir para cualquier usuario. Andalucía incluye la financiación de plantillas ortopédicas, y la Comunidad Valenciana admite los cascos craneales para bebés con malformaciones.

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