Los derechos sociales son trinchera insalvable de la igualdad. El asociativismo y la sororidad son formas más organizativas de llamar a la empatía y al compañerismo. Son, además, la única forma efectiva de luchar esos derechos, ya sea para mujeres, para personas con discapacidad… y ambas.
Mayte Gallego es presidenta de ASPAYM, patrona de Fundación CERMI Mujeres y vicepresidenta de CERMI Madrid. De largo recorrido político y asociativo, suyo es el testimonio con el que culminamos nuestro #CaminoAl8M. Atrás quedan nuestras charlas en torno al deporte, el trabajo, la salud, la política, la violencia de género, la educación o la maternidad. Os dejamos con la defensa de Mayte en derechos sociales, en igualdad y la denuncia de la situación actual de las mujeres con discapacidad.
¿Qué datos se manejan actualmente de violencia de género hacia las mujeres con discapacidad?
Casi el 20% de las mujeres asesinadas por violencia de género, tenían algún tipo de discapacidad. Y el 17,5% de las mujeres encuestadas, decían que su discapacidad era motivo de la violencia que se había ejercido sobre ellas. Además, un 39,5% de mujeres con discapacidad asegura sufrir violencia psicológica; un 14,8%, violencia sexual, y un 17,4%, violencia física.
¿Cómo ha afectado la pandemia a las mujeres con discapacidad?
En esta pandemia se ha visto que nosotras también hemos cuidado. Algo que siempre se les había negado a las mujeres con discapacidad, y solo se nos había visto como demandadoras de eso.
Como presidenta de ASPAYM, ¿qué papel juega el mundo asociativo en la defensa de los derechos sociales y la igualdad de la mujer con discapacidad?
Es fundamental el mundo asociativo. Gracias a eso hemos conseguido esa unión que nos hace más fuertes para la defensa de la igualdad de oportunidades. La sororidad es esa solidaridad y cooperación que hacemos unidas las mujeres, y que tanto nos ayuda entre nosotras. Y que nos hace ser más resilientes y empáticas frente a las adversidades.
Barreras
¿Qué barreras sigue habiendo hoy día para las mujeres, con o sin discapacidad?
La brecha salarial y la pobreza tienen cara de mujer. Los cuidados siguen recayendo en las mujeres, que son las que dejan sus puestos de trabajo cuando tienen que cuidar de un familiar. Sigue siendo muy difícil conciliar la vida laboral, con la personal cuando se tienen hijos e hijas.
También hemos de seguir trabajando porque la desinstitucionalización sea una realidad. El 73% de las personas que viven en residencias son mujeres y, sin duda, una buena accesibilidad y buenos recursos cercanos ayudaría a que pudieran seguir permaneciendo en sus viviendas.
Los recursos de violencia deben de ser accesibles a todas las mujeres con discapacidad y deben contar con la figura de la asistencia personal, de la cual habla el pacto de Estado contra la Violencia, para que las mujeres con discapacidad puedan hacer uso de ellos y no se queden atrás a la hora de denunciar.
En tu caso particular, has participado además en un proceso de adopción. ¿Qué barreras existen en ese ámbito concreto para las mujeres con discapacidad?
Se nos cuestiona mucho más que a una mujer que no tenga discapacidad. Se nos cuestiona más incluso que a un hombre con discapacidad, porque piensan que no vamos a poder cumplir con esos estereotipos o roles de cuidados que nos sigue asignando la sociedad.
Camino al 8M
¿Cuáles consideras que han sido las mayores conquistas en igualdad hasta la fecha?
- Una de la conquista principal fue que, en la Convención de los Derechos Humanos de las personas con discapacidad de la ONU, se reconozca expresamente que las mujeres y niñas con discapacidad se enfrentan a una discriminación múltiple y sectorial. Y que nos mencionen en 7 de los artículos, para dar visibilidad y poner encima de las políticas aspectos y recursos para que las mujeres y niñas con discapacidad puedan disfrutar y ejercer plenamente y en igualdad de condiciones todos los derechos y libertades fundamentales.
- Otro hito es que llevamos años agrupándonos, en torno a asociaciones de mujeres, porque esa unión es lo que realmente nos ha dado fuerza ante la sociedad, para conseguir derechos y que nos oigan. Es importante recalcar que ahora estamos trabajando junto con los movimientos feministas, algo que tradicionalmente nos había sido negado.
- Hemos conseguido que las personas que estaban incapacitadas judicialmente por motivo de discapacidad puedan votar en unas elecciones. Esto tenía un claro sesgo de género, ya que había muchas más mujeres incapacitadas que hombres.
- Otro fruto de esa lucha es la modificación del código penal, que en su artículo 156.2 permitía la esterilización no consentida a aquellas personas que tenía modificada su capacidad jurídica.
- Importantes son leyes como por ejemplo la de la Comunidad de Madrid, que recoge y reconoce que la violencia de género hacia las mujeres con discapacidad no tiene solo que provenir de su pareja, expareja o cónyuge, sino que puede provenir de cualquier hombre de su entorno, ya que conocemos que esa violencia viene dada por hombres cercanos a ellas.
¿Cómo encaras este 8M?
Dos años han pasado desde aquella manifestación multitudinaria del 8 de marzo en la cual se nos culpó a las mujeres de propagar el virus. Lo afronto con mucha ilusión y ganas de participar y recorrer las calles, lanzando consignas, porque ya no nos queremos calladas, y lo haré por mí y por todas mis compañeras.
¿Qué recuerdas de aquella manifestación?
Que los jóvenes y los hombres empezaban a acompañarnos en esas marchas y en nuestras reivindicaciones. Porque esto es una lucha de la humanidad, y necesitamos que estén a nuestro lado todas las personas.
¿Cuáles consideras que deben ser los próximos pasos para una igualdad plena de las mujeres con y sin discapacidad?
- Que los cuidados sean remunerados y profesionales, porque si no es así, no estaremos en igualdad de condiciones.
- Cambiar datos como que la tasa de inactividad de las mujeres con discapacidad sea del 76%, y la brecha salarial comparada con la población en general, por un lado, y los hombres con discapacidad, por otro, es en ambos casos bastante grande. Por lo cual, siempre seremos más vulnerables económicamente hablando, con todo lo que eso conlleva.
- El Estado debería resarcir a esas mujeres que han sido esterilizadas en contra de su voluntad.
- Debemos estar vigilantes para no retroceder en derechos conseguidos, y que no haya ningún paso para atrás, Cuando vienen mal dadas, somos las que más vemos recortadas nuestros derechos sociales en igualdad.
- Y creo que, como Sociedad, tenemos que seguir luchando, todas las personas juntas, por abolir la trata de las mujeres con fines de explotación sexual.